Se dijo en CONAMA que el bienestar social y la sostenibilidad mundial solo serán posibles si las ciudades son sostenibles. ¿Que características debería reunir desde su punto de vista una ciudad sostenible?
Habría que considerar una serie de medidas que afectan a las ciudades exclusivamente y que resumo en los siguientes puntos:
Aparte, se debe tener en cuenta cómo las urbes se articulan en el territorio. Ese es un tema muy amplio y ahí radica otro aspecto básico de la sostenibilidad urbana, precisamente en función de la huella ecológica que las ciudades trazan sobre otros espacios (circundantes o lejanos), generalmente de carácter rural, para mantener activo su metabolismo. También por el modo en que las urbes se comunican y establecen relaciones de intercambio entre ellas.
¿Cual cree que debe ser el papel del Estado y la sociedad civil para la regulación en materia de construcción urbana?
En un Estado democrático, la función del Estado es importantísima a la hora de legislar en materia urbanística, estableciendo medidas que sirvan de control a la especulación urbana y señalando pautas de edificabilidad y ocupación del suelo que no sobrepasen lo que es deseable en una ciudad sostenible.
¿Cuales cree que deben ser las medidas que adopten las organizaciones públicas para fomentar una planificación urbanística coherente?
La primera y más importante, que los partidos no se financien con dinero de las empresas constructoras. La segunda, luchar contra la corrupción en los Ayuntamientos, estableciendo normativas supramunicipales que eviten las recalificaciones de suelo y otras prácticas afines.
¿Cuales son en su opinión ejemplos de buenas prácticas en construcción urbanística?
A nivel teórico, el Manifiesto por la Sostenibilidad lanzado por la Fundación César Manrique en Lanzarote debería funcionar como marco de referencia para zonas insulares y entornos afectados por el turismo. En la práctica, tuvimos un buen intento de hacer un urbanismo sostenible en Calviá (Mallorca), durante el mandato de Margarita Nájera.
Fuera de España, los países nórdicos son, a mi modo de ver, un buen ejemplo de un urbanismo adaptado al paisaje y amable con las personas. Sin olvidar las viejas y pequeñas ciudades italianas, con grandes áreas peatonalizadas en las que la gente circula caminando o en bicicleta, y en las que se experimenta de inmediato una agradable sensación de bienestar (Bolonia, Parma, Siena, Pádova...).
¿Cómo cree que la Ley del Suelo facilitará una planificación coherente?
Va a depender no sólo de lo que se legisle sino de la capacidad y autoridad real que se tenga para controlar y hacer cumplir lo legislado de forma normal, sin tener que recurrir constantemente a los Tribunales. Ello exige un grado de evolución del Estado democrático en el que el bien común se imponga como criterio frente al beneficio desmesurado (y con frecuencia ilícito) de unos pocos.
Ésta es una cuestión de ciudadanía que requiere largos y constantes procesos de educación, no sólo en la escuela, el instituto o la universidad, sino sobre todo en las familias. En definitiva, supone desterrar del imaginario colectivo la idea, hoy tan extendida, de que lo importante en este mundo es hacerse rico, sin que importen los medios o el camino que se sigue para ello.
En mi opinión, por tanto, el tema de los usos del suelo no es tanto un problema de leyes en el B.O.E. (que, efectivamente, siempre pueden mejorar el marco de referencia) cuanto de acabar con un estado de cosas en el que todo el que quiere especular cree que puede saltarse la ley con la connivencia de políticos o funcionarios corruptos. Si no se termina con esa situación, cualquier ley que se promulgue será poco efectiva.
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jueves, 19 de abril de 2018
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