En
lineas generales resulta difícil trazar un línea entre lo patológico y lo
"normal". De cualquier forma, y siempre a modo orientativo, aquí se
describen algunos de los principales criterios:
ACUDIR AL ESPECIALISTA:
- Cuando un niño
presenta problemas en su desarrollo evolutivo (ver pautas para padres),
tanto a nivel de lenguaje, de habla, audición, de voz, como de otros
trastornos psicomotores, cognitivos, de socialización, etc.
- Cuando un
paciente presenta problemas en su habla. Puede ser debido por una
dislalia (el niño tiene más de 4 o 5 años y tiene problemas para emitir
un fonema), por una disglosia (por ejemplo, nace con elguna malformación
orgánica como la fisura palatina y el paladar hendido). También cuando
el niño o adulto presenta problemas de fluidez, ya sea por una
tartamudez, una taquifemia, etc y cuando presenta trastornos del habla
por una disartria o alteración en el control muscular de los mecanismos
del habla.
- Cuando el niño
muestra dificultades en la adquisición del lenguaje oral, tanto a nivel
de comprensión como de expresión. La etiología causante de este déficit
lingüístico es múltiple, puede deberse a un simple retraso del lenguaje,
a una disfasia o TEL, al autismos, la parálisis cerebral, el autismo u
otros trastornos en los que se encuentra afectado el lenguaje.
- Cuando el niño
tiene problemas con la lectoescritura. Ya sea por una dislexia, por una
disgrafía o por un simple retraso en la adquisición lectora.
- Cuando un
sujeto presenta problemas con su voz, ya sea por la ausencia total de la
voz (afonía) o por una disminución de su capacidad fonatoria
(disfonías).
- Cuando el
paciente padece de una hipoacusia o sordera. En estos casos el logopeda
facilitará al niño la adquisición del lenguaje, empleando los medios necesarios
para ello como los diversos sistemas alternativos o aumentativos de
comunicación (la rehabilitación de penderá del grado pérdida de
audición).
- Cuando un
sujeto presenta problemas con el lenguaje una vez que lo ha adquirido
(Afasias, demencias: Alzheimer). Esto suele ocurrir tras un traumatismo
craneoencefálico, un accidente cerebro vascular, etc.
- Cuando el niño
o adolescente muestra dificultades en el contexto escolar.
- Cuando el niño
o adolescente no tiene unos adecuados hábitos de estudio (!no saben
estudiar!). En este caso el pedagogo le ayudará a sacar el máximo
provecho a las horas que dedique al estudio.
- Cuando el
niño, según su edad cronológica o mental, muestra trastornos de
conducta, como el déficit de atención (con o sin hiperactividad).
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