La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria reconoce la gran invalidez a una trabajadora con trastorno mental, ansiedad y depresión, antecedentes de suicidio y en la que persisten ideas autolíticas, quien requiere asistencia para los actos más elementales de la vida y la genérica defensa de su propia vida.
Una sentencia
recientemente notificada por el Tribunal Superior de Justicia
de Cantabria ha reconocido la gran invalidez a una trabajadora con trastorno mental, ansiedad y
depresión, que en una ocasión ha intentado suicidarse y en la que persisten las
ideas autolíticas. Esto
después de que el pasado marzo el Juzgado de lo Social número 2 de Santander,
declarara a la trabajadora afectada de invalidez permanente absoluta para todo tipo de trabajo y acordara una pensión
vitalicia equivalente al cien por ciento de la base reguladora.
La Sala de lo Social
del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha decidido modificar
el grado de incapacidad laboral de la
trabajadora y le ha
reconocido la situación de gran invalidez. Esto debido a que la misma necesita estar
asistida para los actos más elementales como, comer, vestirse o desplazarse,
así como para la genérica defensa de la propia vida. Ahora, la trabajadora
tiene derecho a percibir el complemento económico inherente a la declaración de
gran invalidez.
El tribunal destaca que
la jurisprudencia del Tribunal Supremo «ha reconocido la gran invalidez cuando existe necesidad de ayuda de tercero para impedir
posibles actividades autoagresivas o para la evitación de situaciones de
peligro o riesgo», añadiendo que
«en el concepto de acto esencial de la vida debe
entenderse comprendido el de la genérica defensa de la propia vida e integridad
física».
La sentencia (aún no publicada) no es firme, ya que todavía cabe la interposición de un recurso de casación para la unificación de doctrina que resolvería la Sala Cuarta del Tribunal Supremo. Fuente: Poder Judicial.
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