viernes, 16 de noviembre de 2018

Ejemplo de trabajo de un Perito Judicial en un caso de menores y disputa por la Guarda y Custoria

La perito judicial italiana tacha a Juana Rivas de "manipuladora"
·         QUICO ALSEDO BERTA GONZÁLEZ DE VEGA 16 nov. 2018 02:04

Juana Rivas, la madre de Maracena (Granada) condenada por la sustracción de sus hijos. ÁLEX CÁMARA / AFP
Juana Rivas "muestra una gran capacidad manipuladora" sobre sus hijos, y un "grave funcionamiento mental patológico asociado a desorganización del pensamiento". Sufre "una emocionalidad lábil" y "no es capaz de procesar sus experiencias". Ha "triangulado" a su hijo mayor en el "conflicto" con su ex marido, Francesco Arcuri, convirtiendo al crío, de 12 años, en "recipiente de las ansiedades maternas".

La madre de Maracena tiene, en fin, una comprensión "de la realidad deficiente", y es "totalmente inconsciente del daño psicológico generado" por ella misma a sus hijos, de 4 y 12 años, apartándolos de su padre entre 2016 y 2017 -hechos por los que ha sido condenada en España a cinco años de cárcel-.
Los durísimos entrecomillados son obra de la psicóloga encargada de valorar quién debe quedarse a los niños por el magistrado de Cagliari que juzga la causa. Se llama Ludovica Iesu, es doctora en Psicología, su dictamen es presuntamente imparcial y ha elaborado un demoledor informe tras realizar 32 entrevistas y pericias durante cinco meses, entre febrero y julio de este año.
Sus conclusiones, a cuyo contenido ha tenido acceso EL MUNDO: que es Arcuri quien debe cuidar a los niños porque Rivas es "incapaz de comprender las emociones profundas de sus hijos" y llega incluso a "confundir sus propias necesidades con las de sus hijos". Por todo ello, recomienda que los niños se queden de forma estable con el padre y que la madre sólo los vea en vacaciones.

Minuciosa reconstrucción

El alcance del informe no es, conviene aclarar, habitual en las pericias regladas en España. Lo que en este país suele despacharse en ocasiones en pocos días ha llevado aquí cinco meses y 177 páginas de minuciosa reconstrucción del nacimiento, auge y destrucción de la relación de Rivas y Arcuri, y del efecto de todo ello sobre sus hijos.
Y entrevistas, tanto de la perito del juez como de los de cada una de las dos partes, con los niños y sus padres, familiares de ambos lados, profesores y pediatras de los niños, psicólogos que les han tratado antes... Hasta se han realizado varios encuentros y dinámicas de juego de los niños con cada uno de sus padres.
Arcuri, "aunque muestra rasgos narcisistas y dificultad para transmitir sus emociones, es un padre preocupado de las necesidades de sus hijos y dispuesto a escuchar (como surge de los testimonios de profesores, pediatra y educador en casa )", reza el informe, que entra después en el conflicto que mantiene G., el hijo mayor, con el padre: "En interacciones con su hijo G. demostró habilidad para contener la agresión verbal, a pesar de la frustración que su hijo tiene".

Instrumentalización de los menores

Para la psicóloga, el crío, de 12 años, sufre lo que en Italia aún se llama síndrome de alienación parental, y en España se denomina "interferencia": la inclusión instrumental de los hijos en el conflicto entre los padres, obligándoles a tomar partido por una de las partes. Para la defensa de Rivas, no hay evidencias científicas de la existencia de dicho concepto -"no está aceptado por la comunidad científica internacional", sostienen-, y por ello G. habría referido aún abusos de su padre al juez italiano en la vista del pasado martes.
La psicóloga, en este aspecto, se alinea con Arcuri y cree que el hijo, separado de su padre junto a su hermano pequeño durante 13 meses entre 2016 y 2017, está tomando partido por la parte que percibe como más débil, su madre, pero que ésta "confunde sus propias necesidades con las de sus hijos".
Juan de Dios Ramírez, uno de los abogados de Juana Rivas durante el juicio / M. Rodríguez

El informe llega a señalar que Rivas "manifestó gran capacidad manipuladora contra los menores" por ejemplo cuando, al ir a declarar ellos ante los peritos, "los presentó como 'amigos' de la madre, proponiendo una mistificación de la realidad".

El perito de Rivas lo rebate

Las conclusiones de Iesu son rebatidas, también duramente, por Miguel Lorente, forense de la Universidad de Granada, en un informe solicitado por Juana Rivas. Lorente asegura que la psicóloga ha obviado, "hasta parecer molesta", la violencia supuestamente sufrida por Rivas por parte de su ex marido. La acusa también de subjetiva a la hora de valorar el caso, de hacerlo con base a prejuicios -Arcuri fue condenado por agresión a su mujer en 2009 y posteriormente tuvieron al hijo pequeño-.
También de obviar cartas en las que el padre admite los malos tratos y promete cambiar. Acusa a la psicóloga, además, de obviar los malos tratos sufridos por Rivas a la hora de calibrar a esta "como mujer patológica". Además, le acusa de haber cometido errores metodológicos a sabiendas para favorecer a Arcuri.
Sin embargo la psicóloga Ludovica Iesu, encargada por el juez de la pericia, en efecto no entra a valorar si se produjeron los episodios denunciados por Rivas, pero se permite señalar que, aunque no puede "entrar en los méritos de la violencia de género reportada y probablemente sufrida por la señora Rivas, ya que está fuera de la pregunta formulada [por el juez], cree necesario aclarar que las declaraciones de G. [el hijo mayor] sobre una agresión del padre a él parecen más conectadas a un conflicto parental que no a una experiencia real del niño".

'Inconsciente del daño que causa'

Acerca del estado mental y emocional de Rivas, el informe es devastador: "La señora es totalmente inconsciente del daño psicológico que ha generado la separación de los niños de un año de su padre". Cuando se le preguntó por ese periodo respondió que "estaban bien". "Se ha demostrado incapaz de comprender el estado emocional de los niños, y para entender una condición psicólogica diferente de la suya". También se le acusa de dificultar constantemente el vínculo de los hijos con el padre: "Los ejemplos de la no protección de la figura paterna por la madre son numerosos. No reconoce ninguna calidad, aunque sea básica, al señor Arcuri".
Llega el informe a presentar a Rivas como una persona dependiente y necesitada de algún tipo de tutela: "Siempre necesita una referencia externa que tome decisiones en su lugar. En el pasado ese papel fue desempeñado por el señor Arcuri", sostiene la psicóloga, que vincula a Rivas "desorganización del pensamiento" dado que su "narración pierde conexiones lógicas y manifiesta una importante labilidad emocional y una prueba de la realidad deficiente".
Manifestación en Granada a favor de Juana Rivas el pasado junio / M. Rodríguez

Más aún. Enumera la psicóloga varios extremos declarados por Rivas y contradichos luego por la realidad. La perito no enuncia la palabra mentira, pero hacia ahí se dirige. Por ejemplo, aseguró en sede judicial que un profesor de G. le había asegurado que perdería el curso a causa de absentismo escolar, y acto seguido el profesor lo desmintió.

Por ejemplo, que su hijo pequeño D. estaba sufriendo daños por parte de su padre, cuando "los pediatras han dejado claro que el niño en absoluto estaba en situación peligrosa". Por ejemplo, manifiesta que un doctor determinado le sugirió "robar" a sus hijos, dicho doctor lo niega en sede judicial. Incluso refiere que llamó en determinadas ocasiones y a determinadas horas a sus hijos, y después los registros telefónicos lo desmienten, apunta el demoledor informe. La defensa de Rivas niega estos extremos y asegura que están retorcidos y forzados por Iesu. https://www.elmundo.es/andalucia/2018/11/16/5bedb1cc268e3e015d8b4689.html

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