La
perito judicial italiana tacha a Juana Rivas de "manipuladora"
·
QUICO ALSEDO BERTA GONZÁLEZ DE VEGA 16
nov. 2018 02:04
Juana Rivas "muestra una gran capacidad
manipuladora" sobre sus hijos, y un "grave funcionamiento mental
patológico asociado a desorganización del pensamiento". Sufre "una
emocionalidad lábil" y "no es capaz de procesar sus
experiencias". Ha "triangulado" a su hijo mayor en
el "conflicto" con su ex marido, Francesco Arcuri,
convirtiendo al crío, de 12 años, en "recipiente de las ansiedades
maternas".
La madre de Maracena tiene,
en fin, una comprensión "de la realidad deficiente", y es
"totalmente inconsciente del daño psicológico generado" por ella
misma a sus hijos, de 4 y 12 años, apartándolos de su padre entre 2016 y 2017
-hechos por los que ha sido
condenada en España a cinco años de cárcel-.
Los durísimos entrecomillados son
obra de la psicóloga encargada de valorar quién debe quedarse a los niños por
el magistrado de Cagliari
que juzga la causa. Se llama Ludovica Iesu,
es doctora en Psicología, su dictamen es presuntamente imparcial y ha elaborado
un demoledor informe tras realizar 32 entrevistas y pericias durante cinco
meses, entre febrero y julio de este año.
Sus conclusiones, a cuyo contenido ha
tenido acceso EL MUNDO: que es Arcuri quien debe cuidar a los niños
porque Rivas es "incapaz de comprender las emociones profundas de sus
hijos" y llega incluso a "confundir sus propias necesidades con las
de sus hijos". Por todo ello, recomienda que los niños se queden de forma
estable con el padre y que la madre sólo los vea en vacaciones.
Minuciosa
reconstrucción
El alcance del informe no es,
conviene aclarar, habitual en las pericias regladas en España. Lo que en este
país suele despacharse en ocasiones en pocos días ha llevado aquí cinco meses y
177 páginas de minuciosa reconstrucción del nacimiento, auge y destrucción de la relación de Rivas y
Arcuri, y del efecto de todo ello sobre sus hijos.
Y entrevistas, tanto de la perito del
juez como de los de cada una de las dos partes, con los niños y sus padres,
familiares de ambos lados, profesores y pediatras de los niños, psicólogos que
les han tratado antes... Hasta se han realizado varios encuentros y dinámicas
de juego de los niños con cada uno de sus padres.
Arcuri, "aunque muestra rasgos
narcisistas y dificultad para transmitir sus emociones, es un padre preocupado
de las necesidades de sus hijos y dispuesto a escuchar (como surge de los
testimonios de profesores, pediatra y educador en casa )", reza el
informe, que entra después en el conflicto que mantiene
G., el hijo mayor, con el padre: "En interacciones con su hijo
G. demostró habilidad para contener la agresión verbal, a pesar de la frustración
que su hijo tiene".
Instrumentalización
de los menores
Para la psicóloga, el crío, de 12
años, sufre lo que en Italia aún se llama síndrome de
alienación parental, y en España se denomina "interferencia": la
inclusión instrumental de los hijos en el conflicto entre los padres,
obligándoles a tomar partido por una de las partes. Para la defensa de Rivas,
no hay evidencias científicas de la existencia de dicho concepto -"no está
aceptado por la comunidad científica internacional", sostienen-, y por
ello G. habría referido aún abusos de su padre al juez italiano en la vista del
pasado martes.
La psicóloga, en este aspecto, se
alinea con Arcuri y cree que el hijo, separado de su padre junto a su hermano
pequeño durante 13 meses entre 2016 y 2017, está tomando partido por la parte
que percibe como más débil, su madre, pero que ésta "confunde sus propias
necesidades con las de sus hijos".
El
informe llega a señalar que Rivas "manifestó gran capacidad manipuladora
contra los menores" por ejemplo cuando, al ir a declarar ellos ante los
peritos, "los presentó como 'amigos' de la madre, proponiendo una
mistificación de la realidad".
El
perito de Rivas lo rebate
Las conclusiones de Iesu son
rebatidas, también duramente, por Miguel Lorente,
forense de la Universidad
de Granada, en un informe solicitado por Juana Rivas. Lorente
asegura que la psicóloga ha obviado, "hasta parecer molesta", la violencia supuestamente
sufrida por Rivas por parte de su ex marido. La acusa también de
subjetiva a la hora de valorar el caso, de hacerlo con base a prejuicios
-Arcuri fue condenado por agresión a su mujer en 2009 y posteriormente tuvieron
al hijo pequeño-.
También de obviar cartas en las que
el padre admite los malos tratos y promete cambiar. Acusa a la psicóloga,
además, de obviar los malos tratos sufridos por Rivas a la hora de calibrar a
esta "como mujer patológica". Además, le acusa de haber cometido
errores metodológicos a sabiendas para favorecer a Arcuri.
Sin embargo la psicóloga Ludovica
Iesu, encargada por el juez de la pericia, en efecto no entra a valorar si se produjeron
los episodios denunciados por Rivas, pero se permite señalar que, aunque no
puede "entrar en los méritos de la violencia de género reportada y
probablemente sufrida por la señora Rivas, ya que está fuera de la pregunta
formulada [por el juez], cree necesario aclarar que las declaraciones de G. [el
hijo mayor] sobre una agresión del padre a él parecen más conectadas a un
conflicto parental que no a una experiencia real del niño".
'Inconsciente
del daño que causa'
Acerca del estado mental y emocional
de Rivas, el informe es devastador: "La señora es totalmente inconsciente
del daño psicológico que ha generado la separación de los niños de un año de su
padre". Cuando se le preguntó por ese periodo respondió que "estaban
bien". "Se ha demostrado incapaz de comprender el estado emocional de
los niños, y para entender una condición psicólogica diferente de la
suya". También se le acusa de dificultar constantemente el vínculo de los
hijos con el padre: "Los ejemplos de la no protección de la figura paterna
por la madre son numerosos. No reconoce ninguna calidad, aunque sea básica, al
señor Arcuri".
Llega el informe a presentar a Rivas
como una persona dependiente y necesitada de algún tipo de tutela:
"Siempre necesita una referencia externa que tome decisiones en su lugar.
En el pasado ese papel fue desempeñado por el señor Arcuri", sostiene la
psicóloga, que vincula a Rivas "desorganización del pensamiento" dado
que su "narración pierde conexiones lógicas y manifiesta una importante
labilidad emocional y una prueba de la realidad deficiente".
Más
aún. Enumera la psicóloga varios extremos declarados por Rivas y contradichos
luego por la realidad. La perito no enuncia la palabra mentira, pero hacia ahí
se dirige. Por ejemplo, aseguró en sede judicial que un profesor de G. le había
asegurado que perdería el curso a causa de absentismo escolar, y acto seguido
el profesor lo desmintió.
Por ejemplo, que su hijo pequeño D.
estaba sufriendo daños por parte de su padre, cuando "los pediatras han
dejado claro que el niño en absoluto estaba en situación peligrosa". Por
ejemplo, manifiesta que un doctor determinado le sugirió "robar" a
sus hijos, dicho doctor lo niega en sede judicial. Incluso refiere que llamó en
determinadas ocasiones y a determinadas horas a sus hijos, y después los
registros telefónicos lo desmienten, apunta el demoledor informe. La defensa de
Rivas niega estos extremos y asegura que están retorcidos y forzados por Iesu. https://www.elmundo.es/andalucia/2018/11/16/5bedb1cc268e3e015d8b4689.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario