Cómo reconocer el cáncer de próstata
El cáncer de
próstata es el tumor más frecuente en el varón
El cáncer de próstata es el tumor maligno más
frecuente en los hombres. Según los datos del Registro Nacional de Cáncer de
Próstata, en el que participan un total de 24 hospitales desde el año 2010 y
más de 4.000 varones, cada año se diagnostican en nuestro
país 25.000 nuevos casos. Es una patología tan común que, cuando se
examina el tejido prostático obtenido tras una intervención quirúrgica o en una
autopsia, se encuentran tumores en el 50 por ciento de los hombres mayores de
70 años y prácticamente en todos los que superan los 90 años. Parte de ellos no
llegan a ser conscientes de la enfermedad ya que, especialmente en las fases
iniciales, el cáncer de próstata puede ser asintomático o presentar síntomas
leves que pueden confundirse con los de otras patologías como la hiperplasia benigna de próstata o la infección urinaria.
Cada año,
este tipo de cáncer cuesta la vida a unos 5.500 hombres en España, lo que lo
convierte en la enfermedad oncológica con mayor índice de mortalidad,
solo después del cáncer de pulmón, de acuerdo con los datos del Grupo
Español de Tumores Genitourinarios – Oncología Médica (Sogug) del Hospital 12
de Octubre de Madrid. Una detección precoz del tumor es clave para mejorar el
pronóstico. De acuerdo con el Registro, la supervivencia global de los
pacientes tratados supera el 90 por ciento a los tres años del diagnóstico.
“Afortunadamente, el 90 por ciento de los enfermos se diagnostica en la etapa
localizada (cuando el tumor está limitado a la próstata)”, explica José Manuel Cózar,
presidente de la Asociación Española de Urología. En esta fase “se puede curar
al paciente con cirugía, con terapia local o con radioterapia externa”, afirma
el experto.
Las campañas
de sensibilización toman en cuenta al 10 por ciento restante, que corresponde a
los pacientes a los que se les diagnostica cáncer de próstata en estado
avanzado (el 4 por ciento de ellos, con metástasis). En declaraciones a Diario
Médico, Cózar ha
hecho hincapié en la importancia de concienciar a la población masculina de la
necesidad de acudir al médico de atención primaria para que derive al
especialista ante la aparición de síntomas prostáticos. “El problema es que los
hombres a veces son vanidosos y ocultan los síntomas prostáticos,
que se asocian con la edad avanzada”, opina Cózar. De hecho, la
edad frecuente de diagnóstico se produce en torno a los 60-70 años, y solo en
un 17 por ciento de los casos el paciente tiene menos de 60 años.
Otro
obstáculo para el diagnóstico temprano de la enfermedad puede ser la dificultad
para reconocer los síntomas. Estos son los más frecuentes:
·
Sensación de
irritación y escozor al orinar.
·
Polaquiuria:
Aumento del número de micciones durante el día, que suelen ser de escasa
cantidad.
·
Necesidad de
levantarse por la noche varias veces para miccionar.
·
Poca fuerza
del chorro de la orina.
·
Infecciones
urinarias frecuentes.
·
Litiasis
vesical: Propensión a la formación o presencia de cálculos en la vesícula.
·
Goteo
posmiccional.
·
Hematuria o
presencia de sangre en la orina: Este síntoma suele manifestarse cuando los
tumores son localmente avanzados.
En un estado
avanzado de la enfermedad, cuando el tumor se ha extendido fuera de la
próstata, son frecuentes otros síntomas como edema o hinchazón,
debilidad o incluso pérdida de fuerza en las piernas, dolores óseos,
insuficiencia renal, pérdida de apetito y de peso o anemia.
“El riesgo
actual de padecer cáncer de próstata se sitúa en un 20-25 por ciento, lo que
significa que uno de cada cuatro o cinco varones españoles
será diagnosticado de cáncer de próstata a lo largo de su vida”, alerta el
presidente del Sogug, Daniel Castellano. Por esta razón, los especialistas recomiendan
consultar al facultativo en caso de que se detecte alguno de los síntomas. Es
importante que las personas con mayor probabilidad de contraer la enfermedad se
sometan a controles médicos de forma frecuente, en
especial, aquellos hombres con antecedentes de cáncer de próstata en su familia directa.
Como explica Cózar, “a hermanos o hijos de pacientes se les realiza una
vigilancia más estrecha a partir de los 45 años”, a pesar de que “nueve de cada
diez casos aparecen en mayores de 65 años”, según Castellano.
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